Problemas de Compatibilidad y Convivencia
Muchas veces las diferencias de personalidad, la forma de ver el mundo o incluso, los gustos personales, pueden generar problemas que deterioran la relación.
Esto es algo a lo que se debe prestar especial atención, sobre todo durante los primeros años de convivencia en pareja. La clave está en lograr los ajustes de los deseos de cada uno; también en mejorar la empatía y la capacidad de comprender qué emociones que producen las acciones de cada miembro de la pareja.
Cuándo empiezan los conflictos de pareja
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Hay diferencias sobre las responsabilidades que debe tener cada uno en cuanto a las labores del hogar.
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Una persona es muy ordenada y la otra es excesivamente desordenada.
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Sienten que cosas como el trabajo diario, la crianza de los hijos, o el cumplimiento de metas financieras han hecho que se deje de lado la convivencia en pareja. Salidas en las que comparten únicamente los dos, escapadas a viajar, o incluso, la frecuencia del sexo ha disminuido significativamente.
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El estado de ánimo de una de las personas o de los dos, afecta la convivencia. En muchos momentos se llega la falta de respeto. Esto ha generado heridas que parecen sanadas, pero que aún siguen presentes. Los dos en el fondo creen que los episodios de irrespeto se van a volver a repetir.
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Ninguno de los problemas anteriores (y otros más) se han podido resolver a pesar de que reconocen que serían más felices si lo hicieran.
¿De qué depende el éxito de la terapia?
Los procesos de terapia de pareja en Bogotá han mostrado gran efectividad, para que funcione de acuerdo a los objetivos que se han planteado requiere principalmente:
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Establecer empatía con el terapeuta: poder entrar en confianza con el terapeuta, sentir que entiende la problemática, es de lo más importante para que se vean los avances.
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Compromiso de los miembros de la familia: cuando se realiza un proceso de este tipo es importante saber que TODOS los miembros de la familia van a tener que aportar su grano de arena. No se trata de buscar culpables sino de encontrar bajo qué condiciones mejora la familia.
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Constancia: hay que garantizar que los cambios se van a mantener a largo plazo y que pronto aprenderán a solucionar las dificultades. Para esto es fundamental la constancia a lo largo del proceso terapéutico.